sábado, 18 de mayo de 2013

El auto a hidrógeno y la falsa panacea del auto eléctrico.



 Ok. Este no es exactamente el auto a hidrógeno, pero todos nos hemos preguntado cómo nos vamos a mover cuando el petróleo ya no sea rentable. Entre todas las opciones, una de las más prometedoras es sin duda el auto a hidrógeno. Lo anuncian muy entusiasmados, y la verdad las ventajas son muy grandes, en primer lugar no tienen emisiones, solamente un poco de agua. En segundo lugar se puede sacar justamente a partir de agua, y no necesariamente potable, sino cualquier agua, incluso la del riachuelo. Pero si es tan bueno, ¿Por qué no los estamos manejando ya?
Bueno, la cuestión es complicada. La reacción química que movería al auto es muy conocida, y muy simple:
2H2 + O2 --> 2H2O
Pero hay un par de problemas asociados a esto. No son los únicos, pero son los más inherentes al funcionamiento del auto. El primero y creo yo principal es que la reacción es muy potente. ¿Qué tanto? Bueno, vayan al minuto y medio:
 
 Eso es una bomba a hidrógeno. La reacción que hace que explote todo es la misma que hace mover los autos a hidrógeno. Por supuesto, no voy a caer en decir que sería lo mismo, sino que la idea es hacerlo en un ambiente perfectamente controlado y usando bien la energía generada. El verdadero problema es qué pasaría en caso de un accidente, siendo que son inevitables. Cualquier chispa tendría consecuencias bastante chotas.
Acá les dejo otro video grabado con una cámara de alta velocidad, de vuelta, la reacción es exactamente la misma que impulsaría al auto. La diferencia es que en el motor sería en un ambiente controlado: El segundo problema es algo más técnico, pero muy interesante. El hidrógeno no es una fuente de energía como lo es el petróleo, sino que es una forma de guardarla. La cantidad de hidrógeno que hay en el aire es bastante poca como capturarlo y usarlo de combustible. Lo que se quiere hacer es agarrar agua y pasándole una corriente eléctrica disociar el hidrógeno del oxígeno. Esto se puede hacer de manera hogareña, basta con tirar una pila de 9V en un tacho con agua. Acá un video un poco más bonito: En 1:50 explica qué pasa en la reacción.
En 2:30 se ve la electrólisis, son las burbujtas saliendo de la batería. Uno es hidrógeno, el otro es oxígeno. Fíjense que agarra cada gas en un tubo separado para que no se mezclen y reaccionen, justamente porque explota.
El problema para aplicar el principio a un auto viene justamente de cómo obtener esa corriente eléctrica, o mejor dicho qué energía se va a utilizar para obtener esa corriente eléctrica. En el video se usa una pila, en la práctica podría usarse energía solar, pero no sería suficiente. La única opción es usar combustibles fósiles, o energía de red (proveniente en gran parte de combustibles fósiles). Así que el problema realmente no se solucionaría. Y quiero aprovechar este post también para hablar de los autos eléctricos. No hacen emisiones, no hacen ruido y al parecer no usan petróleo. Bueno, la verdad lo único verdadero es lo del ruido. Tal como pasa con el hidrógeno, tiene que haber una fuente de energía eléctrica para cargar el auto. Y usar energía de red sería usar justamente energía fósil (creo que el 60 o 70% de lo que se usa en Bs. As. proviene de la quema de fuel oil en centrales termoeléctricas). Energía fósil obviamente no renovable y que genera emisiones. Pero ojo, usarlos puede ser útil para el "mientras tanto", de hecho la opción que más se adecúa en mi parecer son los autos e-híbridos, son autos híbridos que también se pueden cargar en la red. Disminuyen el consumo total, y es lo mejorcito que hay por ahora. Pero por supuesto esta no es la opción definitiva. Tarde o temprano vamos a tener que abandonar al petróleo nos guste o no, y mientras antes mejor. Hoy en día las formas nuevas de sacar petróleo y gas son peores que la escasez de combustible. Busquen, por ejemplo, el documental Gasland. Habla de una forma de obtener gas de donde hay poco. Tiene consecuencias como esta: Eso se está haciendo en la patagonia. La verdadera solución al problema no depende tanto de nosotros, pero sí podemos ayudar adecuando nuestros hábitos de consumo, usando transporte público en vez de transporte particular e informándonos de los pro y los contra de las nuevas alternativas.

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